Podemos considerarlo el primer parque canino de Andorra, ya que el resto de pipicanes del país dejan bastante que desear aunque cumplen su función de pipican básico.
Este, en cambio, es un espacio amplio, 70m2 (aunque podría serlo más), está totalmente vallado y dispone de varios elementos lúdicos para los perretes, como una rampa, unas vallas para saltar, entre otros.
También dispone de una fuente de agua y una zona de pipican.
Lo más curioso de este parque es que se ha realizado gracias a los niños de primaria de la escuela de la Massana, que durante el Consell d’infants decidieron por votación proponerlo para que el comu de la parroquia lo aprobara.
¡Grácias peques!